José Ignacio, Pablo, Javier, Roberto y David Fernández Castillejo están al frente de Helados Casty, una fábrica de helados y postres congelados que da trabajo desde Talavera a 270 personas, fruto del negocio de heladerías y fabrica artesanal que levantaron a principios de los 80 sus padres, con mucho trabajo y con el sueño de llevar sus productos a cada rincón de nuestro país
José Fernández y María del Pilar Castillejo soñaban desde muy jóvenes con poder llevar sus helados a cada rincón de España. Querían fabricar productos de excelente calidad que enamoraran al consumidor por su sabor y llegaran al corazón de millones de personas. Cuatro décadas después y con la segunda generación familiar al frente del negocio, Helados CASTY es una de las fábricas más modernas de Europa y José y Pilar han hecho de su sueño una realidad asentada en la constancia, la honestidad y el cariño que empezaron a poner en la elaboración de sus propios productos.
José Ignacio, Pablo, Javier, Roberto y David Fernández Castillejo son los hijos de este matrimonio que abrió su primera heladería a finales de los años 60 en la antigua estación de autobuses de Talavera de la Reina. Empezaron a unirse al negocio de sus padres a partir de1982 cuando inauguraron su primera fábrica de helados y postres congelados con el nombre de CASTY, en referencia a Castillejo, el apellido de Pilar.
“De mis padres hemos aprendido a trabajar muy duro, a pelear los 365 días del año y hemos recibido de ellos los valores que hoy mantiene nuestra empresa. Mis padres están muy orgullosos de lo que han levantado y nosotros de ellos, hemos sido muy felices. Además, todos los hermanos vivimos del negocio, asentado desde sus inicios en nuestra ciudad y eso es un privilegio, porque en Talavera de la Reina se vive muy bien”, explica Pablo Fernández, que asegura que el mundo de los helados es “su vida”.

Destaca, en este sentido, que el servicio de acompañamiento a empresas que presta el Instituto de Promoción “es un elemento de apoyo fundamental pues realmente guía a los empresarios en las relaciones con la administración en todos sus ámbitos”.
Los cinco han vivido su infancia entre helados. Cada verano después del último día de clase ayudaban a sus padres en la fábrica para sacar adelante la campaña más importante del año y han aprendido a dirigir el futuro de una empresa de segunda generación que a día de hoy es ejemplo de innovación y excelencia y que da trabajo a más 270 personas desde la fábrica que inauguraron en 2014 en los terrenos de La Talaverilla donde se fabrican más de 250 variedades distintas de productos con la marca CASTY para hostelería, impulso y tiendas.
“El servicio de acompañamiento a empresas que presta el Instituto de Promoción Económica es un elemento de apoyo fundamental, pues realmente guía a los empresarios en las relaciones con la administración en todos sus ámbitos”

Crecimiento
Aunque la fábrica es muy nueva y cuenta con capacidad para producir 30 millones de litros de helado al año, lo que equivale a 400 millones de bombones de 70 ml, seguirá creciendo. “Estamos planteando hacer una gran ampliación de nuestra fábrica de la Talaverilla para seguir progresando”, asegura Pablo Fernández. Actualmente cuentan con unas modernas instalaciones de más de 15.000 metros cuadrados de suelo ocupado, con una capacidad de 4.000 palets en sus almacenes para materias primas, envases y embalajes y unas cámaras de producto terminado que cuentan con una capacidad próxima a los 5.000 palets.
CASTY se diferencia de su competencia en su versatilidad, al ser un fabricarte que ofrece soluciones completas; así como en su dilatada experiencia en un sector con sus propios handicaps.
“La mayor dificultad es la gran estacionalidad del sector y que está dominado por grandes multinacionales que están concentrando muchísimo el mercado, los grandes compran a los más pequeños y son cada vez más grandes, pero son los retos que nosotros encontramos ahora, dificultades distintas a las que nuestros padres tenían hace décadas, la cuestión es seguir hacia adelante sin perder nuestra esencia”, expone este empresario talaverano.
Actualmente, en Helados CASTY se fabrica una gran cantidad de helados y postres congelados, procurando contar con productos únicos y mejorados. Pablo Fernández destaca un modo de trabajo basado en la mejora de los procesos de producción y de gestión. De hecho, en 2015 el Ministerio de Economía les concedió el Sello PYME innovadora, por su compromiso con la investigación, el desarrollo y la innovación.

Los inicios
Los fundadores de CASTY empezaron en el mundo de los helados allá por 1967 como autónomos, con dos heladerías en Talavera desde donde despachaban helados de otras marcas, hasta que decidieron probar sus propias recetas. Como vieron que los helados que fabricaban gustaban mucho, decidieron levantar en 1982 una fábrica artesana de helados, germen de lo que hoy es la empresa actual.
Pablo Fernández subraya que los comienzos, como en cualquier actividad, fueron muy difíciles. “Mi padre siempre comenta que lo que nos salvó en los peores momentos fueron las heladerías y no la fábrica”. Empezaron fabricando y vendiendo en la provincia de Toledo y poco tiempo después nombraron un distribuidor en Mora (Toledo) y de ahí continuaron ampliando a otros a nivel nacional al calor del crecimiento de clientes que confiaban en la marca y en el buen hacer de la empresa.

El estuche de helados a 100 pesetas que José Fernández inventó fue uno de los hitos en la historia de la empresa, que les abrió muchas puertas del mercado nacional. “Con este artículo que inventó mi padre entramos de manera fuerte en tiendas, sobre todo en Andalucía y a partir de ahí fuimos creciendo. Las tiendas querían sus propias marcas y el mercado giró hacia esa demanda donde nosotros nos estábamos posicionando de manera fuerte, lo vimos venir”, asegura Pablo.
En 2005 Talavera sacó a concurso el terreno de la Talaverilla y fue el impulso y la ayuda que la familia necesitaba para salir de la avenida Francisco Aguirre. “Teníamos que salir de ahí porque ya éramos una industria y no podíamos estar en el centro de Talavera y mientras estábamos buscando se nos presentó la oportunidad de la Talaverilla, donde se establecieron las bases de nuestro futuro. Ahora tenemos una gran fábrica que seguirá creciendo”, añade.
El sector y su mercado han evolucionado a lo largo de estas décadas. Ahora hay cadenas asociadas a centros de compra grandes, el negocio de tienda ha cambiado y el de hostelería y, por lo tanto, el mundo del helado ha experimentado un importante proceso de transformación. Por ejemplo, se consumen helados todo el año.
El sueño que José y Pilar tenían cuando empezaron a levantar los cimientos de su pequeño negocio familiar es ahora una empresa que tiene en España y Portugal sus principales mercados, pero que exporta a Francia, Reino Unido, Italia, Perú, Israel o Guinea Ecuatorial. Cuando se accede a la página web de este negocio https://www.casty.com/ aparece la frase “¡Es el momento!” El momento para esta familia de seguir creciendo y apostando por un negocio de éxito construido sobre unos cimientos fuertes y arraigados a Talavera.
“Todos los hermanos vivimos del negocio, asentado desde sus inicios en nuestra ciudad y eso es un privilegio, porque en Talavera de la Reina se vive muy bien”