Ana Fernández, artesana y cofundadora de Centro Cerámico, junto a Juan Carlos Albarrán y Ramón González, explica para ‘Empresas en primera persona’ lo que significa que su escultura ‘Cráneo de Cuervo XXL’ se exponga en este importante evento internacional que destaca y aglutina el talento de los mejores artesanos del mundo
Conoce sus proyectos y lo que ha significado para ellos y Talavera la declaración de la cerámica talaverana como Bien Inmaterial de la Humanidad. “Vivimos un momento dulce y nos sentimos reconocidos, dentro y fuera de nuestras fronteras”, asegura Fernández
Los artesanos Juan Carlos Albarrán Montealegre, Ana Fernández Pecci y Ramón González Colilla abrieron en 1992 las puertas de Centro Cerámico Talavera, un taller en continua evolución que ha sabido conjugar tradición e innovación y en el que se respeta desde su puesta en marcha la técnica tradicional de la cerámica de Talavera, con piezas pintadas a mano como lo hacían los maestros artesanos del siglo XVI. Actualmente, por los manos de los pintores Gustavo de las Heras y Belén Pinarero.
Multitud de proyectos y artistas han pasado por el taller a lo largo de estos 26 años en los que han recibido numerosos premios y reconocimientos a la calidad del trabajo bien hecho. El último, la selección de una de sus esculturas, ‘Cráneo de Cuervo XXL’, de 37 x 18 x 14 pintada con verde cobre, para formar parte de la Exposición Internacional ‘Homo Faber’ de Venecia que promueve el talento artesanal y en la que se darán cita, desde el 10 de abril y hasta el 1 de mayo, los mejores artesanos del mundo. “Se dan cita artesanos de una treintena de países, por lo que es un orgullo estar ahí. La verdad es que vivimos un momento dulce en lo que a proyección se refiere”, explica Ana Fernández Pecci.
Talento, perseverancia y respeto a la técnica son algunos de los valores que han llevado a Centro Cerámico Talavera, desde sus instalaciones en la céntrica calle Capitán Luque, a alzarse como referente de la artesanía española y ser visita obligada del turista que llega a Talavera.
Habéis conseguido situar la cerámica talaverana a la vanguardia de la artesanía contemporánea sin abandonar la tradición
Sí. Producir cerámica de Talavera es un lujo, cuesta mucho económicamente porque lleva mucho trabajo. La cerámica de uso, por ejemplo, no compensa porque no podemos competir con IKEA u otras marcas. Es imposible que un plato de Centro Cerámico tenga el mismo coste que los de estas marcas, por eso nos hemos dedicado a piezas artísticas con otro valor y exclusivas, que realmente pueda sacar a la cerámica de Talavera del bache.
¿Cómo han sido los pasos hasta llegar aquí, hasta el momento en el que os encontráis?
Nos conocimos y unimos nuestros caminos en la Escuela de Oficios de Talavera en el año 84. Cuando terminamos nuestra formación, quisimos montar un taller, en principio para hacer obra propia pero viendo la dificultad de sobrevivir solo con eso decidimos hacer cerámica tradicional porque había un vacío en ese momento. Nos dedicamos a revisar y coleccionar piezas y a estudiar los procesos. Hubo que aprender todas las técnicas.
Paralelamente y antes de montar el taller, presentamos un proyecto para recuperar un alfar que había en la calle Olivares, que desapareció. Sus propietarios se jubilaban y era el último de Talavera, queríamos recuperarlo y crear un centro cerámico que avanzara desde la cerámica tradicional hasta la contemporánea. Un proyecto muy bonito y aunque al principio había interés por parte de la Administración para rehabilitarlo no se pudo, pero fue el germen de Centro Cerámico Talavera, con la filosofía de taller-tienda, cursos de verano y exposiciones.
Empezamos con cerámica tradicional porque en esos momentos se había convertido en un souvenir y nos hicimos un hueco con piezas interesantes y de calidad, bien pintadas y rematadas. Comenzamos a atraer, de esta manera, a un cliente primero de Talavera y luego de la provincia de Toledo y Madrid que reconocía la cerámica de principios de siglo, porque era coleccionista.
¿Cuál es la línea de negocio actual?
Siempre nos hemos movido en una especie de montaña rusa. Empezamos con mucho apoyo público porque las instituciones empezaron a utilizar nuestras piezas como obsequios y eso nos abrió muchas puertas, pero luego cambiaron las tornas, vino la crisis y de nuevo el boom de la construcción nos salvó con proyectos interesantes. Después de eso la pandemia y así vamos, como cualquier sector, capeando. En 2008 hicimos 15 años y montamos una exposición muy interesante en el edificio de San Prudencio y contactamos con diseñadores que hicieron propuestas nuevas con nuestras piezas. Ahí surgió el germen de colaboración con distintos artistas y la incorporación de piezas nuevas que han aportado frescura y cosas muy interesantes a nuestra línea de negocio.
¿Dónde están vuestros clientes?
El cliente es universal, vendemos en España y a particulares en Canadá, EEUU, Singapur, Dubái o Europa, por supuesto. Las redes sociales nos han abierto un mundo infinito, puesto que no sirve de nada tener una web y que al cliente no le llegue la información.
¿Qué proyectos tiene Centro Cerámico en marcha?
Hemos hecho unos paneles muy interesantes con el diseño de José Luis Espinosa para el Teatro Palenque, financiado por un particular junto al Ayuntamiento de Talavera. Estamos también preparando unos paneles para la ampliación de un restaurante japonés; la técnica es la misma y la gama cromática pero con motivos relacionados con la cultura japonesa. También vamos a empezar un panel de grandes dimensiones para Pepino (Toledo), a iniciativa de su Ayuntamiento.
¿Cómo es la colaboración público-privada en vuestro sector?
Ha mejorado estos años y ha continuado, nosotros con el Ayuntamiento siempre hemos tenido mucha relación, algunas veces para proyectos más completos y otras veces más sencillos.
¿Qué significa para vosotros la cerámica talaverana?
Es nuestra vida, hasta el punto que ves un motivo, una figura o un lugar y lo piensas en cerámica y todo gira en torno a ella. Ahora mismo estamos en un punto óptimo en cuanto a proyectos, trabajos y reconocimiento. Estamos en alza. Desde que ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, tanto dentro como fuera se reconoce y valora más y viene mucha gente a Talavera a comprar cerámica. Es muy importante que la gente venga y descubra lo que podemos ofrecerles.
La capacidad para interpretar proyectos e ideas, y el trabajo en el campo de los moldes ha llevado a Centro Cerámico a colaborar con artistas y diseñadores de diferentes disciplinas, que sobresalen en el panorama artístico español. Entre otros, Aitor Saraiba, Guille García-Hoz, Abe The Ape, Rubenimichi, Ana Locking, Bakea, Lucreativo, Dani Buch, Fernando Jiménez, José Luis Espinosa, Jacinto de Manuel, José Manuel Hortelano Pi o Juan Diaz-Faes.